De: Familia Torres Gutiérrez
Para: Instituto de la Vera-Cruz
Con todo nuestro respeto y admiración hacia quienes hicieron posible, esta transición relevante en la vida de todo ser humano, en lo que a su preparación académica se refiere.
Hemos recorrido a lo largo de 15 años, como familia, un camino lleno de grandes experiencias y satisfacciones, acompañados por un grupo de mujeres profesionales dedicadas a ejercer su enorme vocación de educadoras y de gran sentido humanitario, en las que pusimos toda nuestra confianza y dedicación, convencidos de que en una fraterna unión de habilidades y responsabilidades por compartir, lograríamos el éxito que hoy vemos reflejado al término de esta importante etapa en la educación de nuestras hijas Julia y Valentina.
Albergamos con una enorme esperanza y curiosidad, todas las posibilidades que a nuestro paso por esta gran institución educativa se nos fueron presentando, un cumulo de eventos de
todas características nos embistieron, llenándonos de sorpresas y emociones nunca vividas, algunas veces, no fue posible contener las lágrimas al ver a nuestras hijas participando en actividades que les iban dejando experiencias y aprendizajes, acompañadas siempre por maestras profesionales, que les dedicaban una increíble paciencia y dedicación, mostrándoles paso a paso el camino a seguir.
Todo este tiempo hubiéramos querido darle más valor personal a cada detalle en el trato y atención con que fueron llevadas nuestras hijas, aquí es donde comienza nuestro profundo agradecimiento para cada una de las maestras, directivos, y todo el personal en general de esta institución, porque en este rubro, encontramos lo que buscábamos, el confiar en que alguien las miraba trascender y crecer a través de estas enormes paredes y espacios donde fueron desarrollando sus habilidades y conocimientos.
Cuando la adversidad se hizo presente la creatividad, esfuerzo y dedicación no se hicieron esperar, y así, con todas las dificultades con que hubo que trabajar, los esquemas y modalidades bien estructuradas y diseñadas para el cumplimento de las actividades y programas por concluir, se lograron, y eso también nos llenó de admiración y satisfacción al poder recibir en forma directa todos los acontecimientos que nos hicieron participes de nuevo, de una fraterna responsabilidad compartida y fuimos testigos fieles de cada detalle, en tareas, clases, reuniones, juntas y toda serie de eventos de los que fuimos informados, a través de la tecnología en tiempo y forma. Reciban una extensa felicitación para todos los que con su participación lograron hacernos vivir esta gran experiencia.
Al llegar al Instituto de la Vera-Cruz, fuimos recibidos con enormes muestras de apoyo y fraternidad, ahora nos despedimos de grandes ángeles y maestras que siempre estuvieron al pendiente de nuestras hijas, Julia y Valentina, estamos muy agradecidos como familia por su acompañamiento, cuidados y dedicación durante estos quince años que compartimos para la formación de nuestras hijas.
Nos despedimos de todas y cada una de ustedes felicitando a esta gran comunidad educativa por todos los logros alcanzados aun en momentos de grandes retos y dificultades.
¡Dios las bendiga! y qué la virgen María de la Merced siga siendo compañera para toda la vida. ¡Un millón de gracias por todo!
CON TODO NUESTRO CARIÑO
Eduardo, Luz Marcela, Julia Paola y Elia Valentina
FAMILIA TORRES GUTIERREZ