En el Instituto de la Vera-Cruz estamos conscientes  de los grandes cambios que vivimos  por la pandemia; los cuales provocaron  un  profundo impacto tanto social  como emocional  en la niñez y en las familias del mundo. 

En algunas ocasiones alteran las relaciones familiares, perturban la cohesión social y provocan sentimientos de marginación e incertidumbre. Como sabemos la exposición prolongada a un desastre o conflicto, puede resultar perjudicial para la salud, tanto física como emocional. 

La pandemia del COVID-19 y las medidas preventivas de cuarentena y distanciamiento, junto con la clausura temporal de escuelas , están teniendo efectos en el desarrollo, la protección y el bienestar de las niñas y niños  en general; algunos ya visibles y que se ven reflejados en distintas reacciones  físicas y conductuales del día a día como  dificultad para dormir, enfermedades psicosomáticas, cambios de humor, apatía escolar,  entre muchos otros; que de manera particular  afectan a nuestras familias dentro y fuera de nuestra comunidad educativa. 

Frente a esto, el Instituto de la Vera-Cruz se dio a la tarea de cuidar y trabajar cotidianamente las emociones, “sobre todo porque la información negativa y angustiosa,  está al alcance de la mano y, por lo tanto, al alcance de nuestras niñas. No se trata de ocultar lo que sucede, sino de hablar con calma y de manera sencilla sobre la importancia de cuidarnos y quedarnos en casa” y el apoyar a los padres de familia al manejo de las emociones de nuestras alumnas. 

Por todo esto creímos importante implementar en este ciclo escolar desde el mes de septiembre,  un espacio para nuestras alumnas donde se trabaja el autoconocimiento, es decir: aprender a identificar las emociones y ser capaces de expresar nuestros estados emocionales. A través de cuentos y actividades creativas;  por medio de un Taller semanal de manera virtual. 

El objetivo de nuestro taller es que nuestras alumnas  puedan tener empatía, asertividad y resiliencia, ya que es fundamental que entiendan sus emociones y busquen alternativas de canalización sana de ellas

Creemos que al enseñar  a nuestras alumnas  a entender sus propias emociones, también entenderán las de los demás, podrán  adaptarse con mayor facilidad a la situación actual y se generará un espacio de convivencia libre  entre ellas  y de canalización emocional en confianza. 

La salud emocional de nuestras alumnas es muy importante, ya que será la garantía de su bienestar y va a influir en su salud social y en su salud física.

Una niña  emocionalmente sana es un niña feliz, adaptada a su entorno, con sana autoestima y capaz de enfrentarse a los problemas y adversidades.  A menudo en esta época  nos preocupamos por la salud física de las niñas, pero ¿cómo cuidamos su salud emocional?

Nuestro Taller semanal “Sentir y pensar” en primaria menor,  tiene el objetivo de que las alumnas desarrollen habilidades para resolver conflictos relacionados con los sentimientos y las emociones de manera óptima para enfrentar la vida familiar actual, la virtualidad  escolar y la falta de socialización. 

Se trabaja por medio de actividades sencillas y muy fáciles de llevar a la práctica en casa y está diseñado para  ayudar a las niñas a enfrentar los problemas cotidianos con una actitud positiva, aprender a cuidar sus pensamientos,  ya que generan emociones en ellas, que tengan autonomía y capacidad para tomar decisiones adecuadas, superando las dificultades y resolviendo sus conflictos de manera más sencilla. 

Los pilares de nuestras actividades por semana buscarán desarrollar en ellas conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, competencias sociales, habilidades para la vida y sobre todo, el taller es para ellas sea un espacio de confianza, alegría y socialización encaminada al crecimiento. 

En general la comunidad educativa y los padres de familia han estado muy al pendiente del estado emocional de sus pequeñas y han acudido a nuestra área de seguimiento a alumnas para solicitar orientación sobre cambios conductuales y emocionales en las menores, evaluaciones emocionales específicas, estrategias en casa, apoyo motivacional ante la apatía de la metodología virtual, etc. 

Por lo mismo hoy más que nunca, nos sentimos como comunidad educativa una sola familia, apoyándonos  en el bienestar  de  nuestras alumnas, padres, maestros y generando una fuerte  empatía, solidaridad y tolerancia. 

No ha sido un camino fácil para nadie y menos para nuestras alumnas, sin embargo como institución educativa siempre seguiremos implementando estrategias de apoyo y mejora ante cualquier adversidad y sobre todo rescatando siempre los aprendizajes adquiridos.